Érase una vez, en una neurona muy lejana a nosotros, una época en la que los sentimientos opuestos discutían y luchaban para ver quién sería el más apreciado. El orgullo y el humor no solo eran opuestos, si no también enemigos entre sí. Con formas de ser opuestas, un día les llegó la oportunidad de erigirse como el pensamiento predominante en la mente de su amo, estos días según contaba el optimismo eran “tan fáciles como pintarles las uñas a un elefante”, mientras que la depresión decía “esperemos salir vivos”.
El orgullo se levantaba
como el gran favorito, ya que se consideraba a sí mismo lo mejor que había
concebido la mente humana después de Dorian Grey. Mientras que por el otro
lado, el humor ya lo veían por perdido, no paraba de contar chistes (algunos no
eran tan divertidos) y hacer caras raras. En eso antes que mi palabra saliera
del micrófono el humor se acercó y dijo:
– ¿Saben por qué
metieron al rompecabezas en la cárcel? Porque estaba armado *sonido de
batería*.
La gente no paraba de
abuchear pero eso no fue impedimento para que empezaran los juegos de la
imaginación. Las pruebas iniciaron y empezamos a escuchar cantos y gritos,
pinturas y desastres, literatura y… y… ¿eso es fuego?
–No es necesario
escucharlos, lo que hice es una obra maestra –decía el orgullo sin pavor.
–Qué bueno que tu
cabello es a prueba de fuego –dijo el humor mientras hacía que el público riera
y el orgullo rodara por el piso.
En un momento de la
competencia pedí que hablaran de sus defectos y temores y en que podrían
mejorar, fue muy raro que el humor dijera:
–A veces hago chistes
malos y la gente no se ríe, pero si actúo como los 3 chiflados, sí. Si sigo así
terminaré con una costilla menos, pero no me doy por vencido.
–Yo creo que sólo
podría mejorar el físico, ya que de resto no podría ser mejor -todos alrededor
se le quedaron mirando al orgullo y decían “Umhu”.
Siguieron pasando
pruebas y llegamos a las físicas; la primera era hacer un recital completo de
ballet, eso sí, se anuló por desaforo. La siguiente prueba era hacer un partido
de futbol uno contra uno en una cancha completa… Dios, no se nos ocurren más
ideas… continuamos a un juego de ajedrez que quedó en un completo desastre.
Pasamos a las pruebas de memoria, la pregunta principal era “¿Cuál es el animal
más viejo del mundo?”, increíblemente la respuesta fue:
–La vaca, porque aún se
ve en blanco y negro.
Pero lo sorprendente no
es la respuesta, si no quien la dijo, yo la esperaba eso del humor, ¿pero del
orgullo? La respuesta pasó a los Guinness memoriales como “la pregunta peor
contestada de la historia”.
–A veces es increíble
que la gente no sepa de “historia cultural” como yo –dijo el orgullo-. No se
preocupen, quizás algún día les firme un autógrafo.
Al fin llegamos al
último día (menos mal), en eso empezaron a correr las preguntas que los
diferentes sentimientos, tanto ganadores anteriores como no ganadores quisieran
hacer. Primero llegó el hambre y preguntó:
– ¿Por qué debería
elegirte como futuro representante de nosotros?
–Porque tendrán comida
gratis los domingos –dijo el humor.
–Porque habrá buffets
abiertos todo el año –aseguró el orgullo, mientras le picaba un ojo al amor.
El hambre por primera
vez en mucho tiempo quedó satisfecha y se alejó; luego vino la pereza y
preguntó:
– ¿Si tuvieran que
hacer algo nuevo por nosotros que harían?
–Dejaría que todo aquel
sentimiento que tenga menos de 23 horas de sueño diarias tenga una semana libre
–gritó vivazmente el orgullo.
–Aumentaría las horas
diarias a 30 para que la gente pueda dormir 29 y comer 1, o como prefieran –el
humor se había llevado las palmas del público en esta pregunta, especialmente
de la pereza y del hambre al que se le caía una lagrima y la empanda.
Por último y no menos
importante, nuestro ganador del año pasado, nuestra joya, pónganse de pie para
la DEPRESIÓN.
–Si la vida es injusta
¿Por qué estamos aquí?… pero bueno voy a mi pregunta ¿Qué tiene de buena la
vida?
–Me tienen a mí y eso
basta –dijo el orgullo chasqueando los dedos y retirándose al mejor estilo de
un ganador.
–Como dice un chiste
–todo el público decía “¿En serio?”- ¿Qué le dice una gallina deprimida a otra
gallina deprimida? Necesitamos apoyo… -el humor también se retiró y el aula
después de una breve carcajada quedó en silencio-.
Después de duras
pruebas y hechos inéditos que nos dejaron las pruebas, no hay queda más que
anunciar, y a mí, especialmente, como comentarista, y ante todo a mí, como el
sentimiento extrovertido, que nuestro ganador es… es… Es una broma señores, no
hay ganador, por primera vez en unos juegos de imaginación hay un empate y como
se nos acabaron las ideas, se quedará así. Orgullo y humor tendrán que aprender
a convivir y representarnos bien, tengan buenas noches y esto ha sido todo por
este año.
Xiomi
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