Entonces debido a razones que no mencionaré, me paso el día con Sasha en mi casa. Ella es la única que se viene a mi casa ya uniformada, sabiendo que mis perros le volverán el pantalón shit. Pero bueno, me la llevo a la UCV, ya que hay jornada de decoración y no puedo faltar. Me da demasiada risa que ella se pierde cuando vamos, no se ubica en nada y todo le parece otro país jeje. Y sí, la UCV es grande, pero tampoco es un laberinto.
Como a la final sólo estaba yo, y había poco material, opto por llamar a mi amiga cómplice de decoración, cuadramos algo y nos largamos de ahí. Emprendemos la búsqueda de una buena botella de sangría, pero a buen precio. Resulta que Sasha es experta en eso, y terminamos comprando dos para la reunión de mi mamá. Que bonito es tener amigas que si beben.
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