Hoy decidimos vivir el día paseando así que ni bien tomamos el desayuno nos largamos, nuestro primera opción de destino es bastante lejana, así que optamos por la segunda. Recorrimos el museo aeronáutico, y mi hermano nos descubrió su tiempo de paracaidista, por allá cuando era un carajito y entrenaba para ser parte de las fuerzas armadas.
Cuesta creer que antes el entrenamiento era duro, y poco
importaban los miedos que pudieran tener los carajos, si ud quería defender a
su país tenía que echarle bolas y no estar dudando ni retrocediendo, luego
aprender a usar un arma y terminabas entrando a un submarino por dos o tres
semanas, quizás más. Y ahora... bueno,
ahora vigilan las colas que hace ,a gente buena para poder comer. Me siento
bastante segura, si señor.
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