viernes, 8 de septiembre de 2017

Día 49


Increíblemente llevo todo un día haciendo una agenda. Así que más le vale a mi perezoso trasero escribir cada página así sea para decir que me saqué un moco. Llevo casi una semana sin actualizar el escrito, así que sigo dejándolo para otro día porque el dolor de vientre me ataca y me vuelvo un mounstruo que gruñe, patalea y cuenta los segundos para que la pastilla haga efecto.

Mi mamá llega antojada de dulce y café, así que tengo que calarme mi dolor y mi sangre, y caminar para brindarle su antojo. Siento más castigo el dolor de vientre que el precio de la cafetería, es como si la naturaleza me golpeara brutalmente por no querer tener hijos. Porque sí, soy al parecer la única mujer a la que no le molesta su regla, sangrar no es lo peor. Son los dolores y los pegostes. Auxilio.

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