miércoles, 2 de agosto de 2017

Día 12




Hoy probé la cosa más niche pero buenísima del mundo: Una empanada de chorizo. Bueno, que una, me jarté dos y una de queso como la vaca que soy, a la cuenta de mi amiga no debió gustarle nuestro desayuno, pero ya mataré algún tigre para reponer; después de la arrechera y la trampa del domingo me merecía mi vaina. 

¿Saben que pasa cuándo la gafa servicial de yo dice "si vale, yo te acompaño"? Que termina recorriendo un buen tramo de Las Mercedes, a pata, bajo una pepa e' sol, y subiendo nueve pisos en escaleras. Lo bueno es que como es tu mejor amiga, con echarse a dormir un rato se le perdona todo. Y como pagó el desayuno más. 

Son altas horas de la noche, y por un lado me hace feliz que ya tengas apartamento y estés mudado, pero por otro comienzo a arrepentirme de las empanadas, ya tengo el estómago revuelto. Mañana cuido a mi princesa menor de nuevo, así que aún con el malestar intento dormir. 

Actualización: Es casi de madrugada y no logro dormir, me pasa por antojada. 

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