Entonces uno tiene que perder todo un día en esta porquería, para sacar algo tan simple
como un documento de identidad. Un papel que indica que soy una ciudadana de
éste país desde que nací. Lo último, de verdad. La arrechera y la impotencia
que tengo no las controlo. No es posible que me haya alegrado porque ocho horas
de cola después, "milagrosamente" volvió el sistema y pude sacar mi
identificación. Me averguenzo de haberme emocionado de un trámite tan simple,
me siento parte de su juego psicológico.
De verdad no me quedan ningunas ganas de escribir más por
hoy. Por primera vez romperé la regla de mínimo cuatro líneas por párrafo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario